martes, 22 de mayo de 2012

Hasta que lluevan pianos.

¿Sabes qué? Mi médico me ha diagnosticado una nueva enfermedad, con sus causas y sus síntomas, pero sin cura... No te asustes, ¿eh? No es perjudicial, no tiene nada que ver con algún tipo de cáncer, ni me puedo morir de eso... Pero simplemente me pasa. Se trata de lo siguiente... La enfermedad se conoce como "todas sus sonrisas me tienen hechizada", y yo he sido el primer caso de esta enfermedad en España. Se ve que llevo casi 5 meses sufriéndola y es cierto, porque yo he ido notando cosas que no eran normales. La causa principal de esta enfermedad es: una niña preciosa te besa en una noche de invierno y, justo en ese momento, quedas completamente embrujada. Es como un vicio adictivo... Si los siguientes días tienes ganas de volver a besarla, está claro que sufres esa enfermedad. Por eso me han dicho que no existe una cura para mí, y tampoco me interesa tenerla. Los síntomas cambian según la persona ya que no a todo el mundo le afecta de la misma manera, pero estos son los más comúnes: enamorarse, echarla de menos aunque acabes de pasar un día entero con ella, tenerla en mente en cada momento, tener la necesidad de decirle: "te amo, te amo, te amo, te amo, te amo, te amo, te amo...", y estar loca por besarla. Otro síntomas también son, por ejemplo, que esa niña sea la única persona con la que te imaginas un futuro, pero se ve que eso sólo me ha pasado a mí, así que no está reconocido como un síntoma común. No tienen que ingresarme en un hospital, simplemente me han dicho que tengo que reposar durante toda mi vida dentro de tu corazón. Como recomendaciones, también me han dicho que beba,cada dos horas, un vaso de fidelidad y una pastilla de eternidad, para que pueda sentir siempre lo mismo por ti. Por suerte, las pastillas de la eternidad entran por la seguridad social, así que se me hará muy fácil conseguirlas. Esto no me curará, ¿eh? No quiero curarme de esto, nunca. Eso sí, necesito mucha atención, porque tengo que estar conectada a unos tubos que me envíen a la sangre señales de amor verdadero. Pues esto es todo princesa, simplemente era para que supieras lo que me han dicho en la visita... Por cierto, recuerda que te amo, te amo, te amo, te amo, te amo, te amo...

jueves, 12 de enero de 2012

Estar contigo también me evita muchas otras cosas, como abandonar o sentirme sola. No puedo abandonar si de antemano sé que en la otra punta del camino hay alguien esperándome. Por consiguiente, si hay alguien esperándome, no puedo sentir la soledad.

martes, 3 de enero de 2012


Quizá no soy la mejor persona del mundo, pero déjame decirte que me siento mejor persona cuando estoy contigo. No soy perfecta; de eso ya te encargas tú. No creo en el siempre, pero eso no significa que no quiera estar a tu lado durante muchísimo tiempo. Soy una chica insegura de mí misma, pero me basta con confiar en tí para dejar de serlo. No suelo creer en mí y tú, en cambio, sí que lo haces y... me encanta, porque me haces ver diferentes perspectivas. Soy muy agradecida, así que le agradezco a la vida que nos haya juntado. Suelo equivocarme a menudo, pero estoy convencida de que haberte encontrado jamás será un error. Es más, si me he equivocado alguna vez, es en no haberte conocido antes. Soy indecisa y no siempre consigo lo que me propongo, pero da por sentado que por verte feliz estoy dispuesta a hacer todo lo que tú desees incluso antes de que me lo pidas.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Frío

Escucha los murmullos que se cuelan en tu cabeza por la noche, llamándote fea y gorda y estúpida y puta y zorra y lo peor de todo, una decepción. Vomitas y te mueres de hambre y te cortas y bebes porque necesitas un anestésico y eso funciona. Durante un rato. Pero entonces el antestésico se convierte en veneno y para entonces ya es demasiado tarde porque ya estás colocada hasta el alma. Te estás pudriendo por dentro pero no puedes parar. Te miras en un espejo y sólo ves un fantasma. Oyes gritar a cada latido de tu corazón y todo-absolutamente-todo está mal.


Saco el brazo del agua. Es como un tronco. Vuelvo a sumergirlo en la bañera y parece inflarse. La gente ve un tronco y lo llama ramita. Me gritan porque no pueden ver lo que realmente ven. Nadie es capaz de explicarme por qué mis ojos no funcionan como los demás.


-Me gustaría entender qué te pasa por la cabeza- dice mientras vuelve a inclinar la varita mágica, pero esta vez no contempla cómo la purpurina se desliza en su interior-. Comprender por qué estás tan asustada.
El tiovivo empieza a dar vueltas en mi cabeza; gira tan rápido que tan sólo puedo ver destellos de color amarillo miel, rojo cereza y púrpura. Fue un error mudarme a esta casa, pero no tenía otro sitio adonde ir.
-Por favor,Lia -susurra-. Por favor, come.
El tiovivo se parte, convirtiéndose así en millones de astillas de colores que vuelan por mi cabeza. Le arrebato el bocadillo de su plato y empiezo a devorarlo.
- ¿Esto es lo que quieres? -grito-. ¡Mira! ¡Lia está comiendo!¡Lia está comiendo!- Con cada bocado abro la boca para que el pan, junto con la gelatina, la mantequilla de cacahuete y la saliva salpiquen los desfiladeros que nos separan.
-¿Estás contento ahora?

Frío

¿Por qué no te acabas esto? - me pregunta mientras me planta los restos del pastel (545) en la cara.
-No quiero- respondo empujando el plato-. Es asqueroso.
Frunce el ceño.
-No te hará daño. Sólo es un pastel.
Sigue sujetando el plato a tan sólo unos centímetros de mi cara. Si le asestara un manotazo, el pastel salpicaría el mueble de la televisión y se deslizaría por la superficie de la pantalla.
-No queremos que tu madre tenga razón, ¿verdad? -pregunta.
-¿Razón acerca de qué?- cuestiono.
-Acerca de retomar tus antiguas costumbres. Las malas.
Me pongo en pie, obligándole a dar un paso hacia atrás y dejarme un poco de espacio.
-Estoy cansada-digo-. Me voy a la cama.



...Empecé a venir aquí después de la primera estancia en la -cárcel- clínica porque la doctora Nancy Parker es una -estafa- especialista en adolescentes -locos- con problemas. Abrí la boca durante el primer par de visitas y le entregué la llave para acceder a mi cabeza. Gran error. Se trajo una linterna, un sombrero y una cuerda para vagar por mis cuevas. Esparció minas por mi cerebro que detonaron semanas más tarde.
Le dije que estaba enfadada y molesta porque estaba moviendo cosas en mi cerebro sin pedirme permiso. Me puso una trampa cada vez que pensaba en algo, en algo sin importancia, como Física es una pérdida de tiempo, o Necesito cargar la batería de mi teléfono, o El japonés no debe ser tan difícil de aprender, la fastidiosa-pregunta-de-mierda aparecía de la nada: ¿Por qué piensas eso, Lia?
Así que no podía hacerme ninguna pregunta (¿Por qué estoy tan cansada?) sin que tres o cuatro respuestas de psiquiatra me abofetearan: Porque mis niveles de glucógeno están bajos o Porque estoy pasando por un momento muy confuso en que me siento perdida o Porque he perdido el contacto con la realidad o, la más frecuente de todas, Porque me falta un tornillo.
Una vez me enfadé y empecé a despotricar. Le dije que era patética, que estaba segura de que nunca tendría hijos, ni nietos y, en caso de que los tuviera, nunca la llamarñia por teléfono. Le grité que su marido la abandonaría, quizá para irse con otra, nunca se sabe. Le chillé que incluso su madre la dejaría de lado porque veía que no vivía en un mundo real, con personas de carne y hueso, sino que permanecía sellada en esta sala con estos libros falsos, un ventilador y lluvia en las ventanas.
Ni una de mis palabras la enfureció. Ni siquiera pestañeó. Lo único que me pidió era que expresara mis sentimientos y siguiera desfogándome. Así que cerré el pico.



Las voces se deslizaron hacia el interior de esta chica sin que se diera cuenta, como un bicho en una noche de verano que te araña el interior de la garganta justo después de percatarte de que te lo has tragado. Las voces nadaron entre sus entrañas y se multiplicaron, unos ecos diminutos y carbonizados se instalaron permanentemente en el interior de la cáscara de su cráneo...

lunes, 19 de septiembre de 2011

Vivencias y convivencias...

De un momento a otro me abrazó la tristeza, susurrándome al oído que no me soltaría jamás. Bueno, lo que yo creí ''de un momento a otro'', era en realidad un cúmulo de circunstancias que juntas provocaron mi TCA (Trastorno de Conducta Alimentaria). Dicen que lo que nos va pasando en la vida está todo escrito y que a eso se le llama Destino... ¡cómo me gustaría romper ese libro!
Jamás me habría planteado la posibilidad de que en algún momento de mi vida, se me haría un diagnóstico a causa de una enfermedad mental, exactamente la Anorexia Nerviosa, ese monstruo tan poderoso que hasta el diablo le tiene miedo. Digamos que poco le puedo agradecer a esta ''neblina mental'', ya que llevo compartiendo habitación con ella durante dos largos y duros años, y de todo lo que me ha aportado, pocas cosas han sido realmente positivas. Me robó todos mis valores y me hizo ver la parte más oscura de ella misma. Me obligaba a mentir, me hacía enfadar con facilidad, me dejó completamente nula de felicidad. Pero cuando tú estás enfermo (en el ámbito de un enfermo de TCA), no te das cuenta de tu irritabilidad, y de que el camino por el cual te mueves, no es el mejor. Porque la enfermedad te deja ciego; no quiere que veas lo que ocurre en realidad. Supongo que es porque así ella consigue retenerte durante más tiempo.
Es difícil aceptar que estás enfermo, pero es el mejor de los pasos para empezar a hablar de recuperación. Porque cuando un enfermo admite que está enfermo es que en algún momento ha pensado razonadamente, y la razón es otro de los valores que la Anorexia elimina de ti.
A día de hoy, reconozco que en mi peor época de esta pesadilla no habría sido lo suficientemente atrevida (y sí lo suficientemente enferma) como para explicar todo esto, ya que así destapo muchas de mis heridas y salen a luz muchas trampas que esta enfermedad te pone, para que en lugar alejarte de ella, vuelvas a caer.
A veces amanezco más débil, y me entristezco pensando en que aún sigo atada a esto y que de aquí a pasar página hay un buen paso... Pero me levanto el ánimo cuando a mí misma me digo que no debo de pensar en lo que me queda por pasar, sino en lo que ya he superado.

jueves, 8 de septiembre de 2011

Papercut

¿Por qué parece de noche hoy? Algo aquí hoy no está bien. ¿Por qué estoy tan tenso hoy? Paranoia es todo lo que he dejado. No sé qué me enfatizó primero, o cómo la presión fue alimentada... pero sólo sé cómo se siente tener una voz detrás de mi cabeza. Es como una cara que mantengo dentro, una cara que despierta cuando cierro los ojos, una cara que vigila cada vez que miento, una cara que ríe cada vez que caigo. Pues yo sé que cada vez que es momento de hundirse o nadar, esa cara interior me está escuchando, justo bajo mi piel.



Linkin Park