lunes, 19 de septiembre de 2011

Vivencias y convivencias...

De un momento a otro me abrazó la tristeza, susurrándome al oído que no me soltaría jamás. Bueno, lo que yo creí ''de un momento a otro'', era en realidad un cúmulo de circunstancias que juntas provocaron mi TCA (Trastorno de Conducta Alimentaria). Dicen que lo que nos va pasando en la vida está todo escrito y que a eso se le llama Destino... ¡cómo me gustaría romper ese libro!
Jamás me habría planteado la posibilidad de que en algún momento de mi vida, se me haría un diagnóstico a causa de una enfermedad mental, exactamente la Anorexia Nerviosa, ese monstruo tan poderoso que hasta el diablo le tiene miedo. Digamos que poco le puedo agradecer a esta ''neblina mental'', ya que llevo compartiendo habitación con ella durante dos largos y duros años, y de todo lo que me ha aportado, pocas cosas han sido realmente positivas. Me robó todos mis valores y me hizo ver la parte más oscura de ella misma. Me obligaba a mentir, me hacía enfadar con facilidad, me dejó completamente nula de felicidad. Pero cuando tú estás enfermo (en el ámbito de un enfermo de TCA), no te das cuenta de tu irritabilidad, y de que el camino por el cual te mueves, no es el mejor. Porque la enfermedad te deja ciego; no quiere que veas lo que ocurre en realidad. Supongo que es porque así ella consigue retenerte durante más tiempo.
Es difícil aceptar que estás enfermo, pero es el mejor de los pasos para empezar a hablar de recuperación. Porque cuando un enfermo admite que está enfermo es que en algún momento ha pensado razonadamente, y la razón es otro de los valores que la Anorexia elimina de ti.
A día de hoy, reconozco que en mi peor época de esta pesadilla no habría sido lo suficientemente atrevida (y sí lo suficientemente enferma) como para explicar todo esto, ya que así destapo muchas de mis heridas y salen a luz muchas trampas que esta enfermedad te pone, para que en lugar alejarte de ella, vuelvas a caer.
A veces amanezco más débil, y me entristezco pensando en que aún sigo atada a esto y que de aquí a pasar página hay un buen paso... Pero me levanto el ánimo cuando a mí misma me digo que no debo de pensar en lo que me queda por pasar, sino en lo que ya he superado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario