miércoles, 23 de noviembre de 2011

Frío

Escucha los murmullos que se cuelan en tu cabeza por la noche, llamándote fea y gorda y estúpida y puta y zorra y lo peor de todo, una decepción. Vomitas y te mueres de hambre y te cortas y bebes porque necesitas un anestésico y eso funciona. Durante un rato. Pero entonces el antestésico se convierte en veneno y para entonces ya es demasiado tarde porque ya estás colocada hasta el alma. Te estás pudriendo por dentro pero no puedes parar. Te miras en un espejo y sólo ves un fantasma. Oyes gritar a cada latido de tu corazón y todo-absolutamente-todo está mal.


Saco el brazo del agua. Es como un tronco. Vuelvo a sumergirlo en la bañera y parece inflarse. La gente ve un tronco y lo llama ramita. Me gritan porque no pueden ver lo que realmente ven. Nadie es capaz de explicarme por qué mis ojos no funcionan como los demás.


-Me gustaría entender qué te pasa por la cabeza- dice mientras vuelve a inclinar la varita mágica, pero esta vez no contempla cómo la purpurina se desliza en su interior-. Comprender por qué estás tan asustada.
El tiovivo empieza a dar vueltas en mi cabeza; gira tan rápido que tan sólo puedo ver destellos de color amarillo miel, rojo cereza y púrpura. Fue un error mudarme a esta casa, pero no tenía otro sitio adonde ir.
-Por favor,Lia -susurra-. Por favor, come.
El tiovivo se parte, convirtiéndose así en millones de astillas de colores que vuelan por mi cabeza. Le arrebato el bocadillo de su plato y empiezo a devorarlo.
- ¿Esto es lo que quieres? -grito-. ¡Mira! ¡Lia está comiendo!¡Lia está comiendo!- Con cada bocado abro la boca para que el pan, junto con la gelatina, la mantequilla de cacahuete y la saliva salpiquen los desfiladeros que nos separan.
-¿Estás contento ahora?

1 comentario:

  1. Todos lo vemos distorsionado. Todo. Nada ni nadie se salva. Tú ves una cosa que no es real y otros ven cosas irreales, la cuestión es. ¿Qué quieres ver tú?

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